martes, 22 de marzo de 2011

re-naciendo al Amor


Estamos re-naciendo al Amor:

"Una mujer que enseña en Sendai escribió esta carta a su familia:  
  Japón: una cultura muy diferente, una cultura que responde con la compasión, frente a la catástrofe.

Muy querida Familia y amigos,
Reciban mis amorosos saludos.

Primero que todo quiero agradecer por sus buenos pensamientos y deseos, con respecto a mí. Han llegado al fondo de mi alma. Quiero, igualmente, excusarme por dirigirles un mensaje colectivo, pero…parece ser el mejor modo que tengo en este momento, para darles noticias mías.

Los acontecimientos aquí en Sendai fueron más bien como surrealistas. Me siento bendecida, no obstante, por tener también aquí, amigos ¡tan maravillosos!, amigos que me prestan su incondicional ayuda. Luego de que mi cabaña ya no mereciera más su nombre, estoy hospedada en casa de una amiga. Compartimos nuestras vidas, tanto como el agua, la alimentación y el calor a punta de kerosene. En la noche, dormimos alineadas en una pieza, comemos a la luz de las velas y nos contamos historias. Es calientito, amistoso y bello, mi albergue.

Durante el día nos ayudamos unos a otros, a limpiar lo que queda de nuestras casas. Algunos se quedan en sus carros, mirando o escuchando la información en la pantalla de navegación, los otros, hacen cola para tener agua potable cuando alguna de las fuentes está disponible. Resulta que si alguno tiene agua corriente en su casa, le dice a sus vecinos, indicándolo en algún afiche; de tal modo que quienes lo deseen, pueden venir a llenar sus recipientes.

Donde vivo, curiosamente, no hay obstáculos ni peleas en las filas. Se dejan las puertas de entrada, abiertas, porque es menos peligroso en caso de algún nuevo temblor de tierra. Las gentes, no cesan de repetir: «Ah, así era en otro tiempo, así era cuando nos ayudábamos los unos a los otros." (Puertas abiertas, ayuda mutua).
La tierra continúa temblando. Anoche hubo movimientos cada quince minutos. Las sirenas sonaron continuamente y los helicópteros estuvieron, permanentemente, sobrevolando la ciudad.

En la tarde, ayer, tuvimos agua corriente durante algunas horas, y ahora, tenemos agua durante medio día. La electricidad vino ahora en la tarde, aún no tenemos gas. Pero todo esto es por sectores. Algunas personas están varadas, otras no.  Desde hace varios días, no hemos podido bañarnos. Nos falta la higiene, pero hay cosas más importantes que esta. Me gusta el hecho de habernos reducido a las cosas esenciales. Vivir completamente a nivel de nuestras intuiciones, de nuestros instintos, el cuidar a los otros (en lugar de cuidarse de los otros) y el tomar estrictamente lo que es necesario para la vida, y esto, no sólo para mí, sino para todos.

Extraños universos paralelos aparecen. Las casas están destruidas en ciertos lugares, y en otros, en medio de la destrucción, nos encontramos con alguna casa donde secan la ropa al sol. Vemos gentes que hacen cola para obtener el agua y la alimentación, y al mismo tiempo vemos otras personas que pasean a su perro. Todo esto tiene lugar, simultáneamente. 

Hay momentos de inesperada belleza, como el sorprendente silencio durante la noche. No hay carros, no hay personas en la calle. Y el cielo está sembrado de estrellas. Normalmente solo puedo ver  dos o tres estrellas, pero ahora, el cielo entero está lleno de estrellas. Las montañas de Sendai son sólidas y con aire que reanima nuestros pulmones, podemos ver sus majestuosas siluetas contra el cielo de la noche.

Y los japoneses son tan maravillosos. Cada día vuelvo a mi cabaña para verificar el estado de las cosas, y  ahora que la electricidad llegó, me dediqué a enviar este email, pero y ¿qué me encuentro en la puerta? ¡Comida y agua, allí, en el descansillo dejadas! No tengo ni la más mínima idea de quien la dejó allí, pero están ahí.  Ancianos con sombreros verdes van de casa en casa, para ver si todo el mundo está bien. Las gentes hablar con los extranjeros y les preguntan si necesitan ayuda. No veo signos de miedo. De resignación, sí, pero de miedo y pánico, no.

Se nos ha dicho que habrá  sacudones e incluso otros temblores de tierra importantes, y esto, durante por lo menos un mes o más. Y  sentimos que la tierra continúa temblando,  sentimos sacudones, tierra desmoronándose, zumbidos. Me siento bendecida no obstante, de vivir en una parte de Sendai que queda en una colina, una parte un poco más solida que otros lugares de la región. Hasta el momento, este barrio está relativamente en buenas condiciones. Anoche vino del campo el esposo de una amiga, nos trajo agua y  comida. Una bendición, más. 

En este momento, cuando tomo consciencia a través de la experiencia directa, me parece, que hay, en efecto, una gigantesca etapa Cósmica de evolución y que tiene lugar en la tierra entera, en este mismo momento. De una forma no muy clara, a medida que experimento los acontecimientos que han tenido lugar en Japón ahora, puedo sentir que mi corazón se expande muy ampliamente. Mi hermano me preguntó, si no tenía yo la impresión de que esta era toda la razón, la razón última, de lo que pasa aquí. No, no tengo esa impresión. Por el contrario, tengo la impresión de formar parte de algo más grande que yo. Este vago nacimiento (mundial) es difícil, y al mismo tiempo magnífico.

Gracias por su ternura y su amor.
Yo también los amo.

Anne"


 ! Qué bella lección de vida!, ¿no es cierto?


Traducido al francés por
  .
Traducido del francés al español por:
Margarita Mosquera Zapata,
Mg. Psicología Clínica
Psicoanálisis