domingo, 3 de abril de 2011

sé feliz

Con los niños trabajamos hoy en la E.S. E, Hospital San Rafael, en Yolombó Antioquia, en el tema de la felicidad, esto fue durante su tiempo de lo que se llama Crecimiento y Desarrollo, es decir, cuando ellos con sus padres vienen al hospital periodicamente, para darse una revisadita como dicen ellos mismos y sus padres. Una revisadita médica, de nutrición y psiquica de vez en cuando, no está mal, tanto mejor si es más frecuente la entrevista, la conversadita con la psicoanalista.

Trabajabamos entonces, sobre el tema de la felicidad, los niños que allí estaban hoy, tenían entre 7 y 9 años. Resulta que hacia los nueve años, los niños empiezan a manifestar el discurso de la apariencia. en lo que han escuchado que el Otro del discurso dice que habría que lograr, hacer, tener, ser, etc...

Es un modo como hacen las culturas, probablemente sin saberlo muy claramente, para transmitir a los niños su deseo de que éstos logren lo que otros modelos ya conocidos o inventados incluso en leyendas y mitos. O lo que es más real, que logren lo que sus padres no pudieron habiéndolo no obstante querido. Es decir, que logren lo que nos falta, lo que hace falta en nosotros. Un ideal del yo, les es propuesto a los chicos, un modelo, y éstos, ya de por sí, a la edad mencionada, tienen su idea propia sobre lo que ellos por lo menos, no quieren ser.

Se forman obstáculos no obstante, con estos "seres, ser..., serás...", del querer o no querer ser...., del deber o no deber ser que, generalmente son entonces, fantasmas...! fantasías....! y ahí, por esa vía imaginaria nos vamos perdiendo de nuestro propio camino, del que cada uno podría inventarse a medida que va caminando, simplemente porque su alegría, su gusto por las cosas y la vida, se lo van señalando.

"Ser una mujer decente", dicen unas chiquillas, unas chiquillas que se creen ya "indecentes" porque no ordenan sus cosas personales en su habitación, o porque reciben gustosas en sus adentros, aunque brabas o indiferentes en sus afueras, las saludes de algun jovencito de igual edad, con las que anda mandándoles ya, sus amores.  Seguramente son ya indecentes, piensan ellas, por haber sentido el gusto de que alguien le enviara saludos, y estos pensamientos las atormentan, pues no saben cómo salir de su "indecencia", ni qué es lo que tendrían que hacer: ¿pelear acaso con sus amiguitos y obedecerle incondicionalmente a sus mamás?, pero eso suena aburrido.... y entonces, ¿qué hacer?.

Este tipo de reflexiones enfrascan a los pequeños y les dificultan el camino del disfrute de las cosas de la vida simple, es decir, la de su edad, en su entornos y con sus posibilidades.  Para dar un ejemplo referido a los chicos, facilmente, se da  en estos, "la reflexiones", pensamientos que no los dejan en paz, pensamientos que tienen que seguir pensando porque se les imponen, piensan sobre si son más o menos amados por su mamá que fulano o perencejo (hermanos, tios, sobrinos, y hasta vecinos.... etc. con los que representan su rival preferido; el padre), cada uno se busca su modo de reconocerse, en todo caso, estando vivo y relacionándose con otros, aunque no sepa muy bien cómo es que ese asunto va desarrollándose, ¿Cierto?.

En el fondo, lo que ahí está sucediendo es la construcción de un lugar para sí, el de hijo, diferente del de padre, madre, hermano, primo, esposo, esposa, etc..., el lugar de hijo no es fácil de conciliar, cuando los padres tampoco tienen claro, cuál es el lugar de padre, o de madre, distinto del de amigo, vecino, compañero, etc. ¿Qué es eso de ocupar el lugar de padre, o de hijo, o de hermano, etc... respecto de un otro? preguntas importantes de resolver, en todas las edades.

Estos SERES, ser bueno, ser decente, ser amado, ser....., etc.., obstaculizan la vida por supuesto, y como es obvio, la obstaculizan porque en el momento presente, en el que estamos, no estamos, nos vamos para la fantasía y vivimos tal fantasía con el sueño que le agreguemos: nos hacemos películas con nuestras propias herramientas, impidiéndonos ser felices, estar bien, bien-estar.

Se trata entonces de ESTAR FELICES, concluíamos con los niños de hoy en crecimiento y desarrollo, en el Hospital San Rafael, en Yolombó, estar felices es pues, estar dispuestos, dispuestos para la vida, en alegría..., queriendo hacer cada cosa que nos ocupe de la mejor manera que nos sea posible y disfrutándola. Respecto de los amores, es preciso  que conversemos porque, generalmente, los niños repiten de sus mayores (padres, vecinos, conocidos etc..) lo que los impresiona. Esto que impresiona queda impregnado en el cuerpo y se repite a nuestro pesar.

Alegría y disfrute seguramente permanecerán con nosotros sea lo que sea que a nuestro alrededor esté aconteciendo. Cuando hay cosas tristes, dramas, obviamente no estaremos alegres ni disfrutando del suceso, pero tampoco puestos en el lugar del drama. Es decir, estaremos en capacidad de decir no, a todo lo que no deseemos desear.

La felicidad decían los pequeños hoy, se parece a una carita feliz, semejante a la luna y tiene el color y el calor del sol.

de ustedes, cordialmente.
Margarita Mosquera
Mg. Psicología Clínica
Psicoanálisis

escuchemos a los pequeños

Ahí dentro, cuando un pequeño nace, hay un humano.... gestándose...


El acto de crecer y nacer del vientre materno, ha sido el producto de un enorme esfuerzo, concentración y, uso de todos los recursos que la naturaleza nos ha donado.

Cuando el pequeño nace, acaba de pasar por una experiencia sumamente bella aunque difícil y a pesar de los estudiosos, poco comprendida aún. Ha perdido su casa, ya le quedaba pequeña y fue de ella expulsado entonces..., ha  debido comenzar a respirar y la primera respiración hiere todo su sistema respiratorio, hecho que lo asusta mucho, además, está el peso de la gravedad: una experiencia nueva; él viene de la liviandad, donde todo lo necesario le es provisto y ha llegado a un medio donde debe comenzar por respirar y por trabajar para obtener su alimento. 

Sigue a-pegado al cuerpo materno, es su modo de hacer un lento desprendimiento, es su modo de comenzar el "parirse a sí mismo" tarea en la que estará por lo menos entre 5 y 15 años.
Ese estar apegado al cuerpo de la madre tiene varios sentidos, hablaremos de algunos de los que competen a los niños más pequeñitos: 

-          El primero es el de cambiar su antigua casa por un objeto que ahora le provee solaz; el seno materno.
-          El segundo es el de responder aún a las impresiones del cuerpo materno como estando en duelo por esa pérdida, esto es, el pequeño siente las angustias o alegrías, y hasta algunos de los dolores de la madre, durante sus dos primeros meses de vida. Esto nos enseña que, el acto del nacimiento dura un tiempo mayor que aquel que es percibido por nuestros sentidos.
-          El tercer sentido es sobre el modo como el bebé, apoyado en sus padres, continúa su crecimiento, ese crecimiento comenzado un día durante la fecundación como acto de creación y que finalizará el día de su partida definitiva. Nunca dejamos de crecer, físicamente tal vez sí, pero como sujetos...., seguiremos aprendiendo y madurando, ¡siempre....!

El duelo por el estado de ingravidez perdido, se sigue luego, más adelante y supuestamente ya superado este primero, con el duelo por la pérdida del seno materno. Así mismo como la angustia de nacimiento se sigue como modelo el resto de la existencia, digamos que nacer es nuestro primer acto, y que este acto, que no sólo es seguido por otros semejantes, es creador por excelencia y presenta a la vez, angustia, esfuerzo....  concentración....  ¡Es toda una experiencia...! la mayor experiencia de la que podamos tener conocimiento. Por lo tanto, si lo más  difícil que hemos hecho es nuestro acto de nacimiento, de esto se sigue también, que estamos en capacidad de superar muchas experiencias, por difíciles que éstas sean, pues ninguna será tan difícil como la experiencia del nacer. Tenemos recursos para vivir, entonces.

Quiero enfatizar en el duelo por la pérdida no sólo de la antigua casa (el vientre materno) sino de la nueva casa (el seno materno).  

Nos hemos puesto de acuerdo, según los estudiosos en distintas épocas y disciplinas, según lo que los estudiosos han concluido por el momento, en que el alimento materno durará un año.  Al seno, el bebé se "pega", se "apega" como de aquello que representa su antigua casa. El olor de la madre no obstante, según nos enseñaba Françoise Doltó en su libro "Solitude", representa a la madre y es lo que articula, vientre y seno materno para el bebé. Es decir, el bebé se pega al seno porque el olor de la madre, le hace saber que está en casa. Es que el pequeño no tiene aún representación de la imagen de su cuerpo ni mucho menos de la imagen del cuerpo de la madre o de su entorno, ¡el no "ve...."! pero sí percibe, percibe sonidos, calor y frio, amor, tristeza, etc… El no "ve" lo que nosotros vemos, él tendrá que aprender a ver y lo hará, según las palabras que le vayamos dando para nombrar lo percibido. El aprenderá palabras que nombran lo que percibe ya no solo por la vista sino por la escucha, el tacto y no sólo por éstos y los demás sentidos sino también por las experiencias que vaya viviendo. El sentido que le es transmitido a través de las palabras será, finalmente, lo que el "verá", lo que él percibirá y lo que él experimentará.  Por eso la importancia del uso adecuado del lenguaje (no sólo pronunciar las palabras adecuadamente, sino hacer uso de palabras adecuadas para nombrar las experiencias) con el pequeño. Por eso la importancia de contarle en que sitio se encuentra, quien lo carga, pedirle permiso incluso para cargarlo,  repetirle las palabras papá y mamá... ponerle en palabras las experiencias por las que la familia atraviesa, etc... Haga a su hijo, parte de su familia, hablándole. Todas estas palabras, el lenguaje en general, pero la palabra en particular, ¡sustituirán un día el seno materno....! No en vano se nombre el lenguaje que hablamos, lengua materna...! y con todas las consecuencias que esto conlleva, pues hay lenguajes de lenguajes, en las madres, ¿verdad?

Volvamos al duelo. Es que, se hace duelo, dijimos, por el vientre materno perdido sustituyéndolo por el seno materno, y luego, se hará duelo por el seno materno y lo sustituiremos por las palabras.  

Madres, de las que asisten al programa de crecimiento y desarrollo en la E. S. E. Hospital San Rafael, se han estado preguntando: por qué su hijo no come, por qué su hijo no habla... por qué su hijo rechaza el seno, por qué.... en fin. Y hemos encontrado en el trabajo con estas madres que en el duelo por la pérdida del seno, éste no fue sustituido por las palabras; el niño no hace uso adecuado del lenguaje para demandar, para expresar sus deseos, sus necesidades… tampoco los padres le hablaban mucho pues “no entiende…. ¡es tan pequeño!”

En estos días encontramos a J…, un pequeño de 4 años con desnutrición. Fue dirigido al programa que nuestro estado colombiano tiene en Yalí (municipio de Antioquia), para la protección de la infancia, allí van a suministrarle los cuidados necesarios para su recuperación. Pero inicialmente, sus papás estaban asustados, por supuesto. Conversamos mucho entonces. Con su mamá, encontrábamos que el pequeño dejó de comer a los ocho meses de edad, ante el súbito destete: la madre esperaba un nuevo bebé, y la leche comenzaba a hacerle daño al pequeño J…. El niño estaba presente mientras la madre trabajaba en encontrar el origen del malestar del niño. El niño la mira….  En ese momento… de descubrimiento. Y enseguida recibe una galleta que le ofrecieron, se la come y pide más. Una enfermera que pasa en ese momento, le pide galleta, y él quiere darle pero duda mucho, pues también quiere su galleta. Opta por él, y come.

El padre llega, el niño está alegre ahora, está protegido; su papá sabe sobre la experiencia que va a vivir, su papá le habla. La mamá también está más tranquila, está su compañero y éste ha dado el permiso para proteger la vida de su hijo, ella está ahora más segura entonces. ¡Hay alegría en esos rostros…!

¿Qué encontramos entonces, en el origen de esta experiencia de desnutrición?. Un duelo no elaborado por la pérdida del seno materno y en consecuencia un bajo uso del lenguaje para intercambiar con los otros.
Es que uno se pega de los apegos y ¡se da unos golpes….! Al no sustituirlos con la herramienta por excelencia humana, el lenguaje. 

En conclusión, Somos el producto de una serie de sustituciones haciéndo metáfora, ¿en qué sustitución, nos hemos quedado, "pegados", bloqueados, cuando de un síntoma analítico (analizable) se trata? 

Y todos estos logros, por supuesto, no se hacen sin Amor (Amor con mayúscula, es decir, Amor atravesado por la ética del uso adecuado del lenguaje).
  
Gracias a J... y a sus padres, por habernos posibilitado con él, esta experiencia en la que aprendemos de nosotros, de los humano en nosotros.
cordialmente,

Margarita Mosquera
Mg. Psicología Clínica
Psicoanálisis


Jacques Lacan, La familia.