Con los niños trabajamos hoy en la E.S. E, Hospital San Rafael, en Yolombó Antioquia, en el tema de la felicidad, esto fue durante su tiempo de lo que se llama Crecimiento y Desarrollo, es decir, cuando ellos con sus padres vienen al hospital periodicamente, para darse una revisadita como dicen ellos mismos y sus padres. Una revisadita médica, de nutrición y psiquica de vez en cuando, no está mal, tanto mejor si es más frecuente la entrevista, la conversadita con la psicoanalista.
Trabajabamos entonces, sobre el tema de la felicidad, los niños que allí estaban hoy, tenían entre 7 y 9 años. Resulta que hacia los nueve años, los niños empiezan a manifestar el discurso de la apariencia. en lo que han escuchado que el Otro del discurso dice que habría que lograr, hacer, tener, ser, etc...
Es un modo como hacen las culturas, probablemente sin saberlo muy claramente, para transmitir a los niños su deseo de que éstos logren lo que otros modelos ya conocidos o inventados incluso en leyendas y mitos. O lo que es más real, que logren lo que sus padres no pudieron habiéndolo no obstante querido. Es decir, que logren lo que nos falta, lo que hace falta en nosotros. Un ideal del yo, les es propuesto a los chicos, un modelo, y éstos, ya de por sí, a la edad mencionada, tienen su idea propia sobre lo que ellos por lo menos, no quieren ser.
Se forman obstáculos no obstante, con estos "seres, ser..., serás...", del querer o no querer ser...., del deber o no deber ser que, generalmente son entonces, fantasmas...! fantasías....! y ahí, por esa vía imaginaria nos vamos perdiendo de nuestro propio camino, del que cada uno podría inventarse a medida que va caminando, simplemente porque su alegría, su gusto por las cosas y la vida, se lo van señalando.
"Ser una mujer decente", dicen unas chiquillas, unas chiquillas que se creen ya "indecentes" porque no ordenan sus cosas personales en su habitación, o porque reciben gustosas en sus adentros, aunque brabas o indiferentes en sus afueras, las saludes de algun jovencito de igual edad, con las que anda mandándoles ya, sus amores. Seguramente son ya indecentes, piensan ellas, por haber sentido el gusto de que alguien le enviara saludos, y estos pensamientos las atormentan, pues no saben cómo salir de su "indecencia", ni qué es lo que tendrían que hacer: ¿pelear acaso con sus amiguitos y obedecerle incondicionalmente a sus mamás?, pero eso suena aburrido.... y entonces, ¿qué hacer?.
Este tipo de reflexiones enfrascan a los pequeños y les dificultan el camino del disfrute de las cosas de la vida simple, es decir, la de su edad, en su entornos y con sus posibilidades. Para dar un ejemplo referido a los chicos, facilmente, se da en estos, "la reflexiones", pensamientos que no los dejan en paz, pensamientos que tienen que seguir pensando porque se les imponen, piensan sobre si son más o menos amados por su mamá que fulano o perencejo (hermanos, tios, sobrinos, y hasta vecinos.... etc. con los que representan su rival preferido; el padre), cada uno se busca su modo de reconocerse, en todo caso, estando vivo y relacionándose con otros, aunque no sepa muy bien cómo es que ese asunto va desarrollándose, ¿Cierto?.
En el fondo, lo que ahí está sucediendo es la construcción de un lugar para sí, el de hijo, diferente del de padre, madre, hermano, primo, esposo, esposa, etc..., el lugar de hijo no es fácil de conciliar, cuando los padres tampoco tienen claro, cuál es el lugar de padre, o de madre, distinto del de amigo, vecino, compañero, etc. ¿Qué es eso de ocupar el lugar de padre, o de hijo, o de hermano, etc... respecto de un otro? preguntas importantes de resolver, en todas las edades.
Estos SERES, ser bueno, ser decente, ser amado, ser....., etc.., obstaculizan la vida por supuesto, y como es obvio, la obstaculizan porque en el momento presente, en el que estamos, no estamos, nos vamos para la fantasía y vivimos tal fantasía con el sueño que le agreguemos: nos hacemos películas con nuestras propias herramientas, impidiéndonos ser felices, estar bien, bien-estar.
Se trata entonces de ESTAR FELICES, concluíamos con los niños de hoy en crecimiento y desarrollo, en el Hospital San Rafael, en Yolombó, estar felices es pues, estar dispuestos, dispuestos para la vida, en alegría..., queriendo hacer cada cosa que nos ocupe de la mejor manera que nos sea posible y disfrutándola. Respecto de los amores, es preciso que conversemos porque, generalmente, los niños repiten de sus mayores (padres, vecinos, conocidos etc..) lo que los impresiona. Esto que impresiona queda impregnado en el cuerpo y se repite a nuestro pesar.
Alegría y disfrute seguramente permanecerán con nosotros sea lo que sea que a nuestro alrededor esté aconteciendo. Cuando hay cosas tristes, dramas, obviamente no estaremos alegres ni disfrutando del suceso, pero tampoco puestos en el lugar del drama. Es decir, estaremos en capacidad de decir no, a todo lo que no deseemos desear.
La felicidad decían los pequeños hoy, se parece a una carita feliz, semejante a la luna y tiene el color y el calor del sol.
de ustedes, cordialmente.
Margarita Mosquera
Mg. Psicología Clínica
Psicoanálisis
Margarita! Importantíssimo e rico esse olhar sobre as crianças/pré adolescentes. Idade de questionamentos, mudanças do corpo, vóz e etc...
ResponderEliminarLaboratório condensado de trabalhos de escutas e trocas. Parabéns! Grande abraço.
Cenira