domingo, 10 de febrero de 2013

Eustache Le Sueur


Eustache Le Sueur

traducido por: 
margarita mosquera zapata

Pintor francés (Paris 1616-1655).

A despecho de las leyendas que sobre él circulan sobre todo en el último siglo, Eustache Le Sueur, pintor historiador y decorador, lleva una vida apacible. Los límites geográficos de su carrera se inscriben en el centro de Paris y la Isla de San-Luis, jamás llega a Italia. Hijo de un tornero de madera, Cathelin Le Sueur, aprende su oficio hacia 1632 en el taller de Vouet, donde conoce a LeBrun y a Mignard. Estudia las obras de Rafael y los dibujos de las colecciones reales, las estampas de Marcantonio Raimondi, las decoraciones del castillo de Fontainebleau con lo que completa su formación.

La influencia de Vouet

El inicio de nuestro artista fue facilitado por Vouet, quien le confía en 1637 un pedido de 8 pinturas ilustrando El Sueño de Polífilo de F.Colonna, las que luego fueron reproducidas en tapicería. De este conjunto, terminado hacia 1644, 4 pinturas subsisten (museos de Mans, de Rouen, de Dijon [Magnin]; Viena, coll. Czernin). Comienza en 1644 trabajos de decoración para el presidente de la Corte de las finanzas, Lambert de Thorigny, cuyo hotel fue construido por Le Vau en la Isla de San-Louis. De estos trabajos subsisten varios elementos, en el hotel en particular los páneles ornamentales (auj. coll. part., château de La Grange) y el  techo del  Gabinete del Amor (5 paneles y sus modelli en el Louvre). Estas obras indican una cierta sumisión al dinamismo de Vouet, pero el dibujo es más suave y más contenido y el color rico, fresco y refinado. Los retratos de esta época tienen un tono más personal (Reunión de principiantes, Louvre; Retrato de M. Albert, 1641, museo de Guéret).
   De ese momento inspirado por el ejemplo y las lecciones de Vouet datan muchos lienzos (a menudo atribuidos hasta no hace mucho tiempo a Vouet) : Diana y Calisto (Dijon, museo Magnin), la Resurrección del hijo de la viuda de Naïm (Paris, iglesia Saint-Roch), le Ángel Rafael dejando a Tobías (museo de Grenoble, proveniente, como otro cuadro del Louvre que ilustra la vida de Tobías, del hotel de Fieubet), la Presentación de la Virgen en el Templo  (Ermitage) y incluso también la Resurrección de Tabita (museo de Toronto). No obstante, un lienzo como Venus sorprendida por el Amor (v.1636-1640; San Francisco, The Fine Arts Museum), de una rara sensualidad, señala la originalidad del artista y su virtud de colorista.

La madurez

Este período comienza con el importante pedido de 22 pinturas para la decoración del claustro de los Chartreux; ejecutadas de 1645 a 1648, estas pinturas, auj. au Louvre, relatan los principales episodios de la Vida de san Bruno. Le Sueur afirma en ellos su estilo personal, fruto de una sostenida reflexión sobre el ejemplo clásico ofrecido por Poussin presente en Paris entre 1640 y 1642. Ilustra la Muerte de San Bruno el 6 de octubre de 1101 con una sobriedad que convoca a la observación psicológica y realista. La severidad de la inspiración, la discreción en la armonía no dejan de evocar a Zurbarán. El conocimiento de la perspectiva, el noble uso que se puede extraer hacen la grandeza de San Bruno asiste al sermón de  Raymond Diocrès. La misma solidez rige en el San Pablo en Éfeso (Louvre), ordenado por la corporación de orfebres para el mayo de Nuestra Señora en 1649.

   La Sala de las Musas, en el hotel Lambert, ejecutada sin duda a partir de 1650-51, confirma, por el tratamiento amplio de personajes y tapicerías, esta evolución del arte de Le Sueur. Cinco paneles representan las Musas y la tela del techo (Phaéton) se conservan en el Louvre; el de las tres Musas Clío, Euterpe y Thalía es el típico ejemplo de ese momento de transición, caracterizado por el ritmo ágil de las líneas y la fresca armonía de tonos y constituye uno de los más bellos logros del pintor. Establecida ya su reputación, el artista es en 1648, uno de los miembros fundadores de la Academia de pintura.

   Parlamentarios y financieros, pero también nobles le solicitan tanto temas religiosos como profanos para sus hoteles pero, de esta abundante producción casi ninguno subsiste. En el Louvre, Le Sueur decora el apartamento de los baños de la reina madre en 1653, luego ejecuta el año siguiente, para la habitación del rey, una Alegoría de la Monarquía francesa y trata el tema de la Autoridad del rey; este conjunto desapareció todo a fines del siglo XVIII. Reaparece recientemente, la Alegoría de un ministro perfecto (museo de Dunkerque), pintada en esa época, es una obra maestra de armonía grave y meditativa característica del artista.

La influencia de Rafael


À partir de 1650, una orientación algo diferente marca el arte del pintor en los lienzos religiosos y las pinturas de bastidores, en las que estampa temas del Antiguo y el Nuevo testamento o de la historia griega. Muy impresionado por los dibujos de las tapicerías de Rafael y la composición de Palcos, elabora un arte muy depurado, notable en la Anunciación (1652, Louvre), en Jesús en la casa de Marta y María (Múnich, Alte Pin.) y en la Presentación en el Templo (1652, museo de Marsella), que enciende sin embargo resplandores coloreados. En la gran Adoración de los pastores (1653, museo de La Rochelle), la línea notablemente modulada une los personajes, cuyas expresiones y actitudes siguen siendo no obstante precisas y reales. La nostalgia del Renacimiento inspiró sin duda el é le fondo del Descenso de la cruz del Louvre donde los prestamos formales a Titien no alteran en nada la pureza ideal que marca este período; hace parte del mismo conjunto que el admirable Cristo portando su cruz (id.), con un despojo absoluto.

   Esta sabia inspiración marca las 4 últimas obras, ejecutadas en 1654 para la abadía de Marmoutiers, dos de las cuales, La Aparición de la Virgen a San Martín y la Misa de San Martín están en el Louvre y, las otras dos están en el museo de Tours. El artista habiendo pintado para la iglesia de Saint-Gervais en Paris, en una serie de tapicerías, los Santos ; Saints Gervais y Protais llevados ante Astasius (Louvre), déjà inacabado el Martirio de los saintos Gervais y Protais (museo de Lyon), que será terminado, luego de su muerte, por su cuñado Thomas Goussey.

   La obra de Le Sueur contiene también un abundante y notable conjunto de dibujos (además del Louvre, la mayor parte de los grandes galerías de arte conservan ejemplos) preparatorios para   estas pinturas, ejecutadas a la sanguina son ejemplo a menudo de Vouet, en piedra negra, con retoques en blanco sobre papel gris. Muy imitado, Le Sueur no dejó alumnos conocidos. Llamado el "Rafael francés", apreciado en el siglo XVIII y siguientes, al igual que Poussin por su "ternura", amada en la época, que emana de sus obras, permanece como uno de los más sensibles representantes y una de las figuras mayores de este equipo de pintores que trabajaban en Paris bajo la regencia de Ana de Austria, que un sentimiento muy puro de las formas y una sólida cultura conducen a la elaboración del clasicismo francés antes de la llegada de Le Brun.

bibliografía

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